En mi proceso con el cáncer de mama, hubo días en los que me sentí completamente abatida. No entendía lo que me estaba pasando, y mi cuerpo, mi mente y mis emociones estaban en un torbellino.

Fui compasiva conmigo misma, me di permiso para sentir, para frenar, para respetar mis tiempos. Pero también llegó un momento en el que supe que necesitaba salir adelante. Volver a confiar en mí.

Trabajé profundamente en mi autoestima. Y no fue fácil. Mi imagen cambió mucho —perder el pelo fue un gran impacto— y eso me llevó a mirarme desde otro lugar.

Fue un tiempo de gran reflexión. Un momento de renacimiento.
Y en ese camino, entre lágrimas, aprendizajes y muchas herramientas que fui integrando en mi propio cuerpo y alma, logré crear mi método de sanación.

Un método que combina técnicas profundas, amorosas y efectivas, y que hoy quiero compartir con vos.
Porque si yo pude sanar, vos también podés.
Y no estás sola.